algunos años atrás tuve la suerte de conocer a Nito Mestre, fue una cena en el sushi bar de la Molina,todo ello se dio de forma imprevista, una radio limeña realizó un sorteo, con aquellos que tenían conocimiento de su música de Nito, en Internet hicieron algunas preguntas las conteste y puse los datos personales que solicitaban, todo fue super rápido una llamada a mi móvil y ya era parte de las personas que cenarían con el, no lo podía creer, pero era cierto cenaría con nito. El restaurante con una atención impecable nos sirvieron unos aperitivos antes de la llegada del gran músico, conversamos el grupo de personas invitadas y hablavamos del trabajo musical realizado por Nito Mestre, cuando procedíamos a tomar una copa de vino apareció el, con su cabello blanco tomado de la mano con su esposa una mujer inteligente con la cual pude conversar temas diversos desde historia peruana y terminamos hablando de banana y los gatos y al final todos estuvimos de acuerdo que la música argentina tenia un antes y después partiendo de sui generis. El señor Nito Mestre no era una estrella era uno mas de nosotros un ser simple, educado con una sencillez que lo hacia mucho mas querido, la estrella musical que imaginamos solo existía en los discos pero comprobé que los seres humanos siempre serán los mismos y que solo a través de de la comunicación fluida los hombres se acercaran mucho mas día a día.
Nito Mestre, es una estrella que no necesita brillar en el cielo, porque ya brilla en la tierra, era el balance en ese dúo inmortal, Charly quizás podía poner la genialidad pero el equilibrio y esa voz única era de ese gran señor amigo.
j.v.j
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