miércoles, 24 de abril de 2013

Inclusión y Desarrollo Humano



QUE ES LA INCLUSIÓN SOCIAL.
La inclusión social es un concepto relativamente nuevo promovido, especialmente, por la Unión Europea (UE). La UE define la inclusión social como un "proceso que asegura que aquellos en riesgo de pobreza y exclusión social, tengan las oportunidades y recursos necesarios para participar completamente en la vida económica, social y cultural disfrutando un nivel de vida y bienestar que se considere normal en la sociedad en la que ellos viven".
Por lo tanto, se entiende por inclusión social tanto un concepto relativo donde la exclusión puede ser juzgada solamente comparando las circunstancias de algunas personas (o grupos o comunidades) relativa a otras, en un determinado lugar y en un determinado momento y como un concepto normativo que pone énfasis en el derecho de las personas de "tener una vida asociada siendo un miembro de una comunidad".
Con objeto de lograr estos derechos, las políticas de inclusión tienen que abordar las ineficiencias institucionales que se derivan de actos de exclusión por parte de agentes que se basan en el poder y en actitudes sociales y que resultan en desventajas basadas en género, edad, etnicidad, ubicación, situación o incapacidad económica, educativa, de salud, etc. Las políticas de inclusión social corrigen los resultados negativos de las políticas, sean éstos intencionales (discriminación sistemática) o no intencionales (fracaso en reconocer el impacto diferencial de las políticas sobre los individuos o grupos).
¿Cómo complementa la Inclusión Social la preocupación del PNUD por el desarrollo humano?
Ambos conceptos tienen un enfoque en las personas y van más allá del bienestar material. El desarrollo humano enfatiza la significación de la educación, el acceso a servicios sociales adecuados (en particular salud y educación), sostenibilidad del medio ambiente, garantías para la libertad política básica, equidad de género y respeto a los derechos de los ciudadanos. La restricción de cualquiera de estos elementos se percibe como perjudicial para la libertad de elección de los seres humanos. De manera similar, la exclusión social puede ser entendida como la de privación de la "capacidad" que va más allá de la de privación del ingreso. En efecto, es difícil para un país alcanzar altos niveles de desarrollo humano si persiste la exclusión social.
La inclusión social añade la dimensión institucional de la exclusión (agentes, instituciones y procesos que excluyen) al concepto de desarrollo humano. Por lo tanto, una perspectiva de inclusión social puede contribuir para agudizar las estrategias con el propósito de lograr el desarrollo humano, abordando la discriminación, exclusión, falta de poder y deficiencias en la rendición de cuentas, que yacen en la raíz de la pobreza y en otros problemas del desarrollo. Ambos conceptos son complementarios en las políticas con respecto al desarrollo humano, sosteniendo enfoque más enérgico en "qué" se debe lograr y la inclusión social en "cómo" debe lograrse.
Los marcos de políticas para el desarrollo humano e inclusión dependen mucho de la voluntad política, excepto en la UE donde los estados miembro han acordado reducir la pobreza y la exclusión social para 2010 y esta obligación esta monitoreada por un marco de medición común (Indicadores Laeken). Fuera de la UE, el marco de los ODM (adaptado a los contextos nacional o local) podría ser utilizado para monitorear ambos, los resultados del desarrollo humano así como los de inclusión social. Sin embargo, para este propósito, las metas e indicadores de los ODM deben reflejar las prioridades y riesgos nacionales y locales.
Midiendo la Inclusión Social y el Desarrollo Humano
Aún cuando desde diferentes perspectivas, tanto el marco de la inclusión social como el del desarrollo humano abordan cuestiones de marginalización y exclusión. Por lo tanto, parece lógico esperar que los indicadores utilizados sean semántica y contextualmente cercanos. En efecto, tanto los indicadores de inclusión social como los de desarrollo humano enfatizan la pobreza, el empleo, y la participación en educación, salud, cívica y política. La inclusión social, siendo un concepto relativo, enfatiza medidas de inequidad.
Dada la riqueza de estos desafíos y la diversidad de sus determinantes, ningún indicador individual puede captar los desafíos adecuadamente. Es por ello que los indicadores de inclusión social y desarrollo humano (al igual que los indicadores ODM nacionales) no son sustitutivos sino altamente complementarios y deberían verse como diferentes matices de una realidad multidimensional compleja.
Ambos marcos también comparten desafíos similares con respecto a la disponibilidad de datos. Puesto que la exclusión se produce en el ámbito local o comunitario, los datos desagregados por ubicación y características, tales como etnicidad o incapacidad, son un pre requisito para monitorear el progreso hacía la inclusión social. Sin embargo, tales datos frecuentemente no existen o son considerados muy difíciles o muy sensibles de recopilar. El verdadero desafío del monitoreo es ir más allá de los promedios nacionales relevantes de inclusión social y desarrollo humano.
Perspectiva
Es posible que la inclusión social sea más prominente en los esfuerzos internacionales de desarrollo al proporcionar el espacio para abordar desafíos difíciles relativos a discriminación social, inequidades y fragmentación social. Al enfatizar el derecho de las personas a una calidad de vida decente, llama más la atención con relación al desarrollo humano y contribuye directamente a mejorar las oportunidades para el desarrollo humano. Un trabajo innovador acerca de mediciones y datos puede aunar aún más ambos conceptos en el futuro.

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