Escribir es algo maravilloso, hacerlo para tratar de enviar un mensaje solo puede ser el pretexto. Construir una historia generalmente nace de la realidad, porque es imposible crear un personaje lejano a nuestro entorno. Convertir una vivencia en ficción es técnica fundamental de la literatura que nos da la opción de modificar o cambiar un hecho, eso me trae a la memoria la época cuando mamá nos contaba cuentos e historias de personas con características muy peculiares propias de una fábula, eran relatos de sobremesa que nunca faltaban y la verdad eran tan bien contados que jamás dudaría de su veracidad . Esos cuentos nocturnos nos mantenía lejos de la problemática diaria en casa, era muy común para la época compartir la mesa y disfrutar los momentos juntos. Es tan simple entender a una sociedad cuando se le ve desnuda, totalmente llena de prejuicios. Somos constructores de nuestros propios hábitos y nos preguntamos como satisfacer nuetra vida, quedandonos atrapados en nuestra propia estupidez, los sueños e ilusiones es el combustible necesario para seguir. Los cuentos y fabulas es una percepción errónea de la realidad y buscamos a través de ella crear una sociedad de bienestar a costa de todo, no importa como, siempre intentarlo y jamás detenerse.
Me esfuerzo de no ser el personaje de mi propio cuento sería absurdo, en general una historia verdadera está llena de sufrimientos y alegrías porque la vida misma es así, sus matices polarizantes van desde la vida a la muerte o la risa y el llanto, por algo mi madre nos decía que teníamos que estar preparados para todo , su lógica contaba con dos puntos importantes que aun recuerdo, nos lo decía siempre en el comedor después de cenar, con esa dureza que la caracterizaba soltaba esa frase, siempre mantenernos de pie y encubrir el dolor, en ese momento me parecía motivo de orgullo hoy lo dudo no por estar equivocada sino que perdió demasiado tiempo en crear un mundo para ella y nosotros, olvidándose verdaderamente de vivir en paz,
J.V.J
