Hay momentos en que podemos creer que somos dueños del mundo, es muy propio en la adolescencia tener ese comportamiento explosivo e impetuoso donde los errores son frecuentes pero al mismo tiempo necesarios como aprendizaje para entender la vida. Los años transcurridos trae la madurez nos anuncia la pausa y esa calma que viene acompañada de la prudencia, el temor al error es mucho más frecuente buscamos la armonía y queremos hacer al amor racional creyendo que así nada lo destruiría pero es tan absurdo como la propia vida, los límites son como llorar al vacío para tratar de evadir la tristeza .
El momento preciso suele llegar, muchos lo evadimos jugando a no perder, con el riesgo que quizás no vuelva aparecer ese sentimiento nuevamente, como saber que nos pasa siempre buscamos el modelo perfecto para amar sin entender que en lo irracional está la verdad de ese sentimiento, como explicar la necesidad de ver y escuchar a esa persona que cambia tu rutina, es tan simple y complicado a la vez pero agradable, no existen límites solo ese momento preciso sin medir esa posibilidad de sufrir, al final el llanto siempre estará reservado como esa válvula de escape que brinda el equilibrio.
J.V.J
sábado, 22 de diciembre de 2018
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
ESPACIO
Quiero empezar escribiendo con la verdad sobre dificultades personales en mi entorno. Hay sentimientos encontrados por tratar de entender el...
-
Es de noche,creo que es el momento adecuado para escribir y siento que es una actividad maravillosa que nos permite plasmar sentimientos y e...
-
Hoy cumplo años, son 63 los vividos parece solo ayer cuando iba a una cuadra de casa a la escuelita, con mi cuaderno, mis lapices mi regla y...
-
Siempre antes de escribir pienso sobre momentos y acontecimientos que me marcaron durante mi vida, por eso busco el punto neurálgico para po...
No hay comentarios:
Publicar un comentario