martes, 15 de enero de 2013

Campaña de Lima: las batallas de San Juan y Miraflores


La Campaña de Lima marca el tramo final de la Guerra del Pacífico entre Perú y Chile. Tras los triunfos en el Alto de la Alianza y en Arica, los chilenos se alistaron para invadir la capital peruana, pero nuestros soldados lucharon valientemente en las sangrientas batallas de San Juan y Miraflores.
Nicolás de Piérola Villena, en ese entonces presidente del Perú, pensaba que los chilenos invadirían Lima por Ancón, al norte de la capital. Sin embargo, el coronel Andrés Avelino Cáceres opinaba que la invasión comenzaría al sur de Lima.
Efectivamente, 13 mil soldados chilenos invadieron el puerto de Pisco el 19 de noviembre de 1880, al mando del general Villagrán. El otro punto de desembarco fue la playa Curayacu, en Lurín, donde ingresaron 26 mil soldados chilenos.
Durante los primeros días de enero, el ejército chileno inició su marcha hacia Lima, donde se enfrentó al valeroso ejército peruano en las batallas de San Juan y Miraflores.
BATALLA DE SAN JUANEn medio de la invasión, Piérola dividió el Ejército de Línea en cuatro cuerpos. Cáceres tomó el comando del cuarto, integrado por 4500 hombres, y se concentró en San Juan, donde situó a sus tropas en los lugares más adecuados.
La noche del 12 de enero de 1881, un soldado chileno capturado informó que el ejército invasor se había movilizado en orden de batalla a las 16.00 horas. A las 4.00 horas del día 13 de enero se escucharon tiros. Media hora después, el ejército chileno cargó sobre el ala derecha, defendida por el coronel peruano Lorenzo Iglesias. En ese momento, Piérola huyó hacia Chorrillos y Cáceres asumió totalmente la dirección de la batalla, solicitando apoyo al coronel Belisario Suárez, jefe de la reserva, pero sin resultados.
Sin auxilio, el cuarto cuerpo del ejército combatió por tres horas con las tropas chilenas, pero la superioridad numérica de éste era aplastante. Tras luchar con coraje, Cáceres ordenó la retirada camino a Barranco.
En el camino, el mariscal logró juntar un grupo de hombres y se dirigió a socorrer al coronel Miguel Iglesias, quien peleaba en el Morro Solar de Chorrillos. Los peruanos lograron poner en fuga a una columna chilena, pero recibieron la orden de dirigirse hacia Miraflores. Eran las 14.00 horas del 13 de enero.
Al caer la tarde, la batalla de San Juan había originado 10 mil bajas entre ambos ejércitos. Los chilenos, eufóricos con la victoria, saquearon e incendiaron el lujoso balneario de Chorrillos, asesinando civiles a su paso y haciendo caso omiso a las banderas neutrales.

BATALLA DE MIRAFLORESEl saqueo de Chorrillos no fue un secreto para los peruanos. Cáceres, inclusive, trató de aprovechar la euforia chilena para atacar por sorpresa, pero Piérola consideró inútil tal iniciativa.
El 14 de enero se pactó una tregua entre ambos bandos que duraría hasta la medianoche del 15 de enero. Sin embargo, el adversario empezó a movilizar sus tropas desde el 14 para atacar Miraflores.
La línea de defensa de Miraflores se organizó en tres sectores. El de la derecha quedó a cargo de Cáceres, el centro a las órdenes del coronel Belisario Suárez y la izquierda bajo el mando del coronel Justo Pastor Dávila.
Se construyeron diez reductos –zanjas cavadas en dirección al enemigo, de 7 metros de ancho y 2.5 metros de profundidad– a lo largo de doce kilómetros: el primero al sur de Miraflores y el décimo en los bordes del río Surco, a intervalos de 800 a 1000 metros. Allí se montaron algunas piezas de artillería.
La defensa de Miraflores estuvo a cargo de jóvenes, hombres maduros y hasta adultos mayores, muchos de ellos jubilados, quienes constituían la Reserva junto con los que recién habían cumplido los 16 años de edad.
A las 14.30 horas del 15 de enero de 1881 se abrieron los fuegos. El ejército peruano y el chileno se encontraban a tan sólo 400 metros de distancia. Los buques invasores, situados frente a Miraflores, dispararon con sus cañones sobre la población.
El Reducto 1, ubicado actualmente entre el malecón de la Reserva y la avenida Paseo de la República, fue tomado por las tropas chilenas. La defensa estuvo a cargo del mismo Cáceres hasta que se quedó sin municiones y sin refuerzos y tuvo que replegarse sobre el Reducto 2, que también fue atacado por la retaguardia.
Cáceres observó que era imposible continuar la resistencia sin municiones, así que ordenó la retirada. En ese momento, dos balazos atravesaron su kepis, pero sin herirlo. Al detenerse para encabezar una última resistencia recibió un balazo en la pierna. Eran las 18.00 horas. Con el caudillo caído, las tropas peruanas se dispersaron. Los chilenos ingresaron a Miraflores y quemaron la ciudad, tal como hicieron antes con Chorrillos y Barranco.
El 17 de enero de 1881 el ejército chileno, al mando del general Manuel Baquedano, ocupó Lima.

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