Del malecón a la florida

Parece ayer ese febrero de 1971, cuando llegaste a nuestra vida, mi madre con su mirada de preocupación contemplándote recostada en su cama tan menudita con tu cabello ensortijado la llenaban de vida pero también de muchas dudas, la veía tan feliz  pidiéndole a Dios darle la oportunidad de verte crecer, porque desde tu primer respiro fue siempre su mayor anhelo a demás que nuestras hermanas se casaran correctamente, fundamental en su filosofía de vida que ella tenia, definitivamente eran otras épocas. Estábamos por mudarnos del malecón Rímac a la florida y para ese entonces la situación de la familia  comenzó hacer mas estable fuiste como una buena estrella para todos. Nuestros padres fueron consolidando a nuestra familia y construyeron algo tan hermoso que hoy disfrutamos que es la unión entre nosotros eso no quiere decir que no hubo problemas y que todo fue perfecto es imposible somos seres humanos llenos de defectos al igual que cualquiera. Hay tantas cosas por contar y creo que tu nacimiento marcó ese cambio de domicilio fundamental como el inicio de una nueva historia, años maravillosos imposible de borrar y como no recordar a esa pequeñita que sus primeras palabras fueron palabrotas que Marcoantonio se encargaba de enseñarte o cuando nos turnábamos para pasearte con tu chachicar amarillo, solo se nos permitía 50 metros de la vereda de la casa porque nuestra madre fue siempre super protectora contigo, tu primer cumpleaños fue espectacular una fiesta maravillosa tanto para niños como para adultos y las cosas no se detuvieron nunca. Tu época escolar en el instituto Sevilla fue tranquila porque eras una alumna aplicada donde mi mamá me asignó la función de apoderado que para nada me molestaba y algo que siempre recuerdo es que en una actuación en tu escuela tuve que maquillarte de payasita y con tu cabello alborotado se te veía increíble ocasionando que tu profesora me pidiera maquillar a tus compañeras, son tantos años sin embargo esos detalles que compartí a tu lado son recuerdos para toda la vida como esa música con la que te alimenté en tu adolescencia que hoy en la distancia nos une en conceptos para entender la vida y el derecho a la libertad de pensar. La Florida y esa calle once, te vieron crecer nuestra  casa dejó de ser nuestra pero en esas paredes por mas que fueron pintadas una y otra vez en estos años, no podrán borrar tanta felicidad que dejamos en ellas.  

J.V.J