viernes, 3 de mayo de 2013

GENERACION DE IDIOTAS

  La  profecía de hace tantos años de Albert Einstein se ha cumplido de forma desdichada.
"Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad, el mundo solo tendrá una generación de idiotas.”
El mayor genio de la física que nos ha dado el siglo XX acertó en su predicción y, desdichadamente, ahora estamos sufriendo las consecuencias de aquella profecía que  para la actual generación está servida y  lo que es peor, avanzamos hacia el precipicio de forma incontrolada, como detener este fenómeno que está calando a la  sociedad enferma con el virus de la estupidez, como evitar su dependencia  de los aparatos tecnológicos si nosotros mismo encontramos en ellos la única manera de ínter actuar con ellos sin poder romper con ese formato actual..  

Ciertamente, si hubiésemos sido capaces de utilizar la tecnología, todos sus avances, con la mesura que corresponde, sin duda, hubiésemos sido felices. Nadie podrá discutir la maravillosa utilidad del teléfono móvil para el trabajo; para todos los menesteres si se me apura. Pero lo que nadie podríamos sospechar, menos Einstein, sería que ese mismo teléfono que en su día tanto no ilusionó, sea ahora el arma arrojadiza que destroza a la humanidad y, sin duda, a la juventud.  Como digo,  la hecatombe que está sufriendo la juventud actual, somos testigos de dichas secuencias entre ellos . No hablan, no hay diálogo, no disfrutan, no miran, no sienten, no controlan, no escuchan, no se dan cuenta que un pequeño aparato les ha robado la libertad y les ha convertido en autómatas, esclavos y, como decía Einstein, en unos auténticos idiotas.
Dicen que con esos teléfonos móviles de ahora se pueden hacer maravillas; no lo dudo, pero yo si digo lo que veo y, lo que mis ojos ven no es otra cosa que una generación perdida con un aparatito entre las manos que les ha robado su libertad, como digo, su poder de decisión, el diálogo de unos con los otros; todo atisbo de raciocinio ha quedado perdido en las redes de la red, es decir, entre los teléfonos móviles. Pensabamos, en un momento, que pudieran ser los ordenadores los causantes de todo el daño que está ahora sufriendo la sociedad; y en verdad así sucede porque, dichos teléfonos, en el fondo y en la forma no son otra cosa que diminutos ordenadores que han trastornado a la juventud actual y, para ellos, no existe más mundo que su teléfono móvil; y la cosa pinta fea porque, chicos con doce años, ya son dueños y señores de dicha desgracia con su aparato entre sus manos.

Toda tecnología, bien utilizada, puede ser maravillosa. ¿Acaso el correo electrónico no es un invento fantástico? Y todas las ramas de Internet, en su justa medida, dan grandeza y empaque a la sociedad en que vivimos, pero si esa tecnología nos desborda y nos impide conversar, amar, reír, llorar, sentir, pensar, analizar y, en definitiva, sentirnos esclavos de dicho teléfono, sin duda, Einstein lo dijo, estamos ante la generación de los idiotas. Que Dios nos coja confesados. Y lo peor de todo es que, dicha tecnología, avanza como un caballo desbocado y, cualquier jovencito, sin su teléfono macabro, se siente un desdichado; en realidad, si son desdichados porque no han sabido comprender que, más allá de la tecnología está el amor, la vida, la humanidad, la solidaridad, la paz y la concordia. ¿Quién puede parar este torrente de locura que avanza hacia el precipicio como un rio caudaloso en plena tormenta? Desdichadamente, me temo que nadie; hemos llegado tarde. La técnica nos desbordó; cuando pensábamos que la misma nos ayudaría, en realidad nos aplastó como si de una tremenda losa de mármol hubiera caído sobre nuestras sienes. ¿Qué será de nosotros, precisamente de esa juventud aludida que saben manejar con destreza sus teléfonos móviles, pero que nadie sabe escribir? El futuro se presenta muy negro. Vivir para verlo.

DAR ES DAR

Hoy ya pasaron ocho dias de mi cumpleaños definitivamente jamás lo olvidaré porque fue diferente estuvo lleno de sentimientos, se juntó la a...