jueves, 18 de agosto de 2011

El teatro como herramienta socioeducativa


El ejercicio Teatral en la práctica socioeducativa, es un punto de encuentro multidisciplinar que asocia lo cultural, lo educativo y lo artístico. Los lenguajes y acciones expresivas han llegado a transformarse en una herramienta básica a la hora de mezclarse con el campo de la formación y el desarrollo integral de la persona, creando relaciones persona-entorno-socio-cultural. Son instrumentos educativos y de formación personal, que ayudan a recrear vivencias , facilitando el crecimiento del ser humano dentro de un marco social. Es en este campo donde nos encontramos con la expresión dramática que ha sido y es una herramienta educativa y lúcida que ofrece un amplio abanico de posibilidades metodologicas socioeducativas.

Los educadores y educadoras necesitamos recursos que faciliten los contextos de aprendizaje, instrumentos de comunicación e intercambio, juegos, factores de crecimiento individual y grupal, vivencias integradoras. Y el arte dramático, en todo su extenso juego de realidades y posibilidades, nos ofrece estrategias, dinámicas, excusas, proyectos...; y objetivos vinculados al campo educativo o de la socioeducación. La expresión,  resulta, sinónimo de lenguaje universal, de multidisciplinariedad, de interculturalidad, de integración siempre desde la práctica y desde un marco de intervención educativa, ya que nos aproxima y facilita respuestas a las necesidades de formación y especialización de aquellas personas que trabajamos en el campo de lo socio-cultural, de la educación social específicamente, y entonces utilizamos el teatro y sus posibilidades como herramienta de animación e intervención socioeducativa. Así es que, nos propone un recorrido por distintas modalidades y técnicas teatrales, que llegarán a ser instrumentos para el trabajo con niños, jóvenes y adultos, dirigido a diferentes aspectos sociales (animación, integración, marginación...).  Nuevas y concretas para la práctica de la intervención socioeducativa

miércoles, 17 de agosto de 2011

El grito silencioso


El Dr. Bernard Nathanson fue considerado como "el rey del aborto" (practicó más de 60.000 abortos) y fundó en 1969 la Asociación Nacional para la Revocación de las Leyes contra el Aborto (más tarde llamada Liga Nacional para la Acción por el Derecho al Aborto). Luchó por impulsar el aborto libre y legal mientras rechazaba y criticaba las ideas de los movimientos pro-vida al respecto.
Pero, tras unos años practicando abortos como médico en los EE.UU., cambió su concepción sobre el aborto (especialmente el día en que Nathanson pudo observar el corazón del feto en los monitores electrónicos y comenzó a plantearse por vez primera "qué era lo que estábamos haciendo verdaderamente en la clínica").
En la revista médica "The New England Journal of Medicine", escribió un artículo sobre su experiencia con los ultrasonidos, afirmando que en el feto existía vida humana. Dicho artículo incluía declaraciones como la siguiente: "el aborto debe verse como la interrupción de un proceso que de otro modo habría producido un ciudadano del mundo. Negar esta realidad es el más craso tipo de evasión moral".
Aquel artículo provocó una fuerte reacción. Nathanson y su familia recibieron incluso amenazas de muerte.         
Poco tiempo después, un nuevo experimento con los ultrasonidos sirvió de material para un documental que sorprendió a la comunidad médica en particular y la sociedad en general. Se titulaba el grito silencioso  y ocurrió en 1984 cuando Nathanson le pidió a un amigo suyo -que practicaba de quince a veinte abortos al día- que colocase un aparato de ultrasonidos sobre la madre, grabando la intervención.
"Lo hizo -explica Nathanson- y, cuando vio las cintas conmigo, quedó tan afectado que ya nunca más volvió a realizar un aborto. Las cintas eran asombrosas, aunque no de muy buena calidad. Seleccioné la mejor y empecé a proyectarla en mis encuentros pro-vida por todo el país".
Posteriormente, el 9 de diciembre de 1996, Nathanson se convirtió al católico.

sábado, 13 de agosto de 2011

noche urbana

la lluvia que humedece
la tristeza de la ciudad
almas frías que caminan
voces extraviadas
sin poder comunicar.

la soledad es amiga
la luz de la lampara
ilumina la esperanza
que mi cuarto acoje.

a la noche la veré llegar
el descanso obligado
marcando paso a paso
el palpitar del corazón.

mi cama guarda mis sueños
y mis ansias de amar
noche fría
cruel enemiga de las sombras
fiel testigo del amanecer.


j.v.j

martes, 9 de agosto de 2011

La clase media y su estructura de consumo

Se ha hecho un tema común acusar a la sociedad moderna de consumista. Existe en tal concepto, un sentido de  aspectos éticos y de valor que son desestimados ante la posibilidad de concretar aspiraciones postergadas. Esto quizás es más válido en sociedades que, como la peruana, se han incorporado más tardíamente a un sistema de consumo de masas, donde la adquisición de bienes materiales es uno de los motores esenciales de la actividad humana.

En las sociedades modernas el acceso mayoritario de la población a la adquisición de elementos considerados como indispensables, principalmente electrodomésticos, automóviles y una casa, ha ido desperfilando las distinciones tradicionales de clase. La estructura de consumo de la sociedad es casi la misma, siendo sólo diferenciada por la capacidad de elección que el poder adquisitivo permite. Los objetos de consumo no son sólo la clave en la adquisición, sino la calidad y variedad de ese consumo. Así mismo, la estructura del gasto parece haber cambiado, poniendo énfasis en la adquisición de bienes durables. Con variaciones, más o menos, esta estructura de consumo identifica a la amplia e informe clase media, excluyendo a las elites y la masa de pobres y marginales que no han superado la línea de la supervivencia.

j.v.j

domingo, 7 de agosto de 2011

max weber

LA ACCIÓN SOCIAL  

Partiendo de la pretensión de fundar una sociología comprensiva, es decir una “...ciencia que pretende interpretándola, la acción social para de esa manera explicarla en sus desarrollos y efectos...” (Weber, 1944: 5), Weber define a la acción social como cualquier tipo de proceder humano que significativamente “...se orienta por las acciones de otros, las cuáles pueden ser presentes o esperadas como futuras...” (Weber, 1944: 16).
El énfasis puesto por Weber en su construcción de una sociología interpretativa y en el sentido subjetivo de la acción hace que la acción humana sea entendida como aquella cuyo sentido subjetivo hace referencia a otro individuo o grupo.
Pero ya sea que la acción sea realizada en referencia al significado subjetivo de quién la ejecuta o por su relación con un tipo ideal de significado subjetivo esto, en principio, no alcanzaría para establecer una distinción clara entre los modos de obrar basados en causas racionales y los comportamientos meramente irreflexivos.
Debido a que muchas de las acciones humanas se hallan influidas por emociones o valores Weber establece el principio de construcción racional de los `tipos ideales'. Metodológicamente el tipo ideal constituye lo que podría denominarse un principio de `acción racional' por lo que, si éste es especificado, el hecho de desviársele es útil para el estudio de la acción en su relación con el posible influjo de elementos irracionales.
De este modo, el tipo predominante de influjo -racional o emotivo- determinará la clase de `captación interpretativa de sentido' que realizará el investigador
En términos generales Weber distingue cuatro tipos de orientación del proceder social :
-racional con arreglo a fines
-racional con arreglo a valores
-afectiva
-tradicional.
En el primero de estos cuatro tipos se pondera el elemento racional en términos de cálculo de medios para alcanzar un fin valorando racionalmente las probables consecuencias de los actos y comparando la efectividad relativa de los diversos medios como las consecuencias que se puedan derivar de su obtención y de los medios utilizados para alcanzarla.
A diferencia del primer caso, la acción racional con arreglo a valores implica la orientación del accionar hacia la consecución de un ideal que constituye objetivos coherentes hacia los que el individuo dirige su actividad. De este modo la principal diferencia entre este tipo de acción y laafectiva es que la última no supone que el individuo posea un ideal definido a través del cuál orienta su accionar, por lo que podemos comprender que la acción afectiva se desarrolla bajo el influjo de un estado emotivo y, siguiendo el esquema weberiano, ésta se hallaría en los límites de lo significativo y no significativo, debido a que su sentido no se establece en la instrumentación de medios hacia fines sino en realizar un acto `por que sí'.
El cuarto de los casos lo constituye la acción tradicional en la que el impulso del acto se desarrolla bajo el influjo de la costumbre y el hábito y procede de un conjunto de ideales o símbolos que no poseen una forma coherente y precisa.
Esta suerte de taxonomía conceptual desarrollada por Weber no tiene por objeto establecer una clasificación general de la acción social sino que podría ser comprendida como un esquema típico ideal cuyo fin es establecer mediciones racionales sobre las cuáles analizar las desviaciones irracionales de la acción .
De este modo, la condición de predecibilidad de la acción humana se apoya en su carácter relacional (toda acción implica necesariamente una relación social) lo que supone uniformidades de conducta que se establecen por medio del `uso' y la `costumbre'.

ESPACIO

Quiero empezar escribiendo con la verdad sobre dificultades personales en mi entorno. Hay sentimientos encontrados por tratar de entender el...