miércoles, 9 de julio de 2014

En busca de la felicidad

En 1981, en San Francisco, Chris Gardner  invierte sus ahorros de toda la vida en escáneres de densidad ósea portátiles que intenta demostrar y vender a los médicos. La inversión resulta ser un fracaso, que deja en bancarrota a la familia y, como resultado, su esposa Linda  lo deja y se muda a New York. Su hijo Christopher se queda con su padre. Intentando vender uno de los escáneres en el centro, Chris conoce a Jay Twistle , un gestor de Dean Witter y lo impresiona resolviendo el Cubo Rubik durante un corto viaje en taxi. Chris no tiene suficiente dinero para el taxi y huye hacia la estación de metro en la que apenas se escapa del conductor del taxi, pero pierde uno de sus escáneres óseos en el proceso. Esta nueva relación con Twistle le da la oportunidad de convertirse en un interno corredor de bolsa.
A pesar de llegar a la entrevista, sucio y mal vestido debido a ser detenido el día anterior por multas de estacionamiento sin pagar, a Chris le dan la pasantía. Chris se queda sin dinero cuando su cuenta bancaria es embargada por el tesoro por no pagar impuestos, y él y su hijo son desalojados. Chris queda en quiebra y tiene menos de treinta dólares en su cuenta bancaria. Como resultado, son desamparados, y se ven obligados en algún momento a permanecer en un cuarto de baño en una estación de metro. La motivación lo lleva a encontrar la iglesia metodista Glide Memorial United, que tiene un refugio para desamparados principalmente para madres solteras y sus hijos. La dueña de la iglesia no le permite quedarse debido al hecho de que es para las mujeres y los niños, aunque ella le habla de una iglesia local que también proporciona refugio, pero tiene un espacio muy limitado. Debido a la demanda de las habitaciones limitadas, Chris debe correr frenéticamente desde su trabajo y salir temprano cada tarde con el fin de conseguir un lugar en la fila. Chris encuentra el escáner óseo que perdió en la estación de metro de un hombre demente que cree que es una máquina del tiempo y ahora está dañado, pero Chris finalmente lo repara.
En desventaja por sus horas de trabajo limitadas, y sabiendo que han maximizado sus clientes, sus ganancias son la única manera de conseguir un trabajo de pago, por el cual él y otros 19 competidores pelean, Chris desarrolla un número de maneras de hacer ventas telefónicas más eficientemente. También consigue clientes potenciales y valiosos, desafiando el protocolo. Una perspectiva comprensiva lleva a él y a su hijo a un partido de fútbol americano de San Francisco. A pesar de sus problemas, Chris nunca revela su estado de desamparado a sus compañeros de trabajo, incluso yendo tan lejos como para dar uno de sus jefes cinco dólares por un taxi, una suma que no puede afrontar.
Al finalizar la pasantía, Chris se reúne con sus directivos. Su trabajo ha dado sus frutos y se le ofrece el puesto. Luchando por contener sus lágrimas, se apresura a la guardería de su hijo y lo abraza. Ellos caminan por la calle, bromeando entre sí mientras pasa un hombre con un traje de negocios (el verdadero Chris Gardner en un cameo). El epílogo revela que Chris finalmente creo su propia empresa multimillonaria de corredores de bolsa.

DAR ES DAR

Hoy ya pasaron ocho dias de mi cumpleaños definitivamente jamás lo olvidaré porque fue diferente estuvo lleno de sentimientos, se juntó la a...